Durante años me he dedicado a distintas disciplinas visuales: pintura, ilustración, muralismo y tattoo… viví una temporada en Reino Unido, donde trabajé como manager en varios estudios de tatuaje. Me encargaba de todo lo que no era pinchar… orientar a los clientes, analizar sus ideas y redirigirlas hacia el artista que mejor encajara con su estilo, o a veces a distribuir el flujo de trabajo, para que todos estuvieran ocupados. Aquello me ayudó a entender las diferencias reales entre maneras de trabajar diferentes estilos y lo más importante: aprendí a distinguir entre lo que aparentan los artistas y lo que realmente hay detrás.
Y sí, tengo mis gustos y mis filias ,no sé si es porque estudié Bellas Artes, o porque siempre he estado rodeada de gente que se mueve entre el arte el diseño y el tatuaje, pero hay una pregunta que me hacen constantemente:
“¿Dónde me puedo tatuar en Bilbao?”
Y no falla, da igual si lo preguntan por WhatsApp, tomando algo o incluso en cumpleaños familiares. La gente asume que, por haberme movido en ciertos entornos, tengo respuestas claras. Y lo cierto es que sí… pero también que me cuesta darlas.
Porque hoy en día, si buscas “mejores estudios de tatuaje en Bilbao” en Google, te encuentras siempre lo mismo: listas genéricas, nombres repetidos, artículos que suenan casi calcados entre sí y valoraciones de cinco estrellas por todas partes.
Todo el mundo parece encantado con su tatuador. Incluso con los mediocres que no voy a nombrar, no por respeto sino porque ellos no son el problema, sino el sistema que los ensalza. Pero… ¿de qué estamos hablando?
No me malinterpretes, está muy bien que la gente tenga buenas experiencias, pero recomendar un estudio porque te hicieron bien el nombre de tu perro con unas estrellitas, no es lo mismo que confiarles una manga completa o una espalda entera.
Y eso a veces no se distingue a simple vista, ni en las redes sociales, ni en las valoraciones online, ni en esos blogs de recomendaciones que, en muchos casos, están directamente escritos para posicionar, no para informar. Sí, esto también es un blog, pero no de pago ,aquí no se compra espacio ni se endulza nada.
Así que me he animado a hacer algo más honesto: compartir desde la experiencia (y desde el respeto) algunos nombres que sí creo que merecen la pena, pocos, pero bien pensados. No pretendo conocer todos, pero si algo me ha enseñado el arte es que el gusto no se educa en redes, sino viendo mucho, equivocándose bastante y aprendiendo a afinar…espero que os sirva.
